domingo, 13 de marzo de 2016

CAMPUS DE VERANO "INTERIORIDAD, CRECIMIENTO Y OCIO"



Por sexto año consecutivo, se han programado en los meses de Julio y Agosto (2016), Campus de Verano a realizar en distintos lugares de España. Tenemos constatado que es una experiencia inolvidable, ya que permite compaginar la formación PRH con un tiempo de ocio.

Los lugares donde se han programado permiten realizar distinta actividades, unas en la misma casa donde se realizan los cursos, como por ejemplo yoga, taichi, relajación, como actividades al aire libre, senderismo, baños en piscinas naturales o el mar, todas ellas acompañadas con monitores experimentados.

Puede consultar la programación en http://prh-iberica.com.





EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS



Goya realiza un grabado propio del Romanticismo, en el que representa en una escena oscura a un hombre apoyado sobre la mesa con actitud desanimada o simplemente dormido, y  rodeado de seres imaginarios, seguramente procedentes de sus sueños o de su imaginación.

El grabado se acompaña de la frase: “El sueño de la razón produce monstruos”. Puede tener varias interpretaciones como que dejarse llevar por las pasiones, sueños sin ser controlados de alguna forma por la razón puede provocar la aparición de monstruos, de cosas negativas y perjudiciales.

Yo lo interpreto de otra manera, el ser romántico, es la persona que se preocupa del yo, de sus sentimientos, busca de cada cosa que conoce la sensación que le provoca, de tristeza, alegría, pasión… La razón es un elemento verdaderamente útil, pero no es a lo único que se debe de obedecer. Es necesario reparar en lo que sentimos y en los sueños en los que se hace referencia en el grabado. Muchas veces en ellos se encuentra la respuesta de algún interrogante. El sueño es una vía hacia lo que se encuentra más allá de la razón, a lo que es imposible llegar a través de la lógica, si solo fuéramos capaces de ver lo que ocurre en la realidad tendríamos una visión más negativa del mundo, abundarían las imágenes crueles y de las desgracias que ocurren, dentro de nuestra cabeza. El miedo, la tristeza, la soledad pasarían por nuestra mente constantemente, los sueños no serían sueños, sino pesadillas. Las pesadillas están  protagonizadas por monstruos en los que se reflejan nuestras inseguridades. Se pueden encontrar monstruos tanto en la realidad que vemos como en nuestros sueños, pero siempre es nuestra mente la que los genera y hace aparecer.

Aparece la duda de donde nacen dichos monstruos e inseguridades que nos impiden avanzar o pensar con claridad. Una vida llena de pasiones sin ningún tipo de control está destinada a un desastre inexorable, sin embargo el pensamiento únicamente a través de la razón es el que limita al ser humano. No siempre lo que se dice o lo que se ve en el exterior es real, por lo que nos veríamos en un engaño. Sin duda la forma correcta de actuar es manifestar los sentimientos y volar impulsados por las pasiones hasta cierto punto, escuchando a su vez la voz de la razón. De esta forma también la persona alcanzará la felicidad.
Saida Sánchez
Estudiante 2º Bachillerato

PIENSO...LUEGO SOY DOS.


¡E incluso a veces tres, hasta más!

Esto es lo que ocurre: Mi pensamiento surge en mi cerebro, pero mi cabeza alberga al juez más severo sobre mí mismo que existe. ¡Nunca me siento bastante “a la altura”, nunca bastante eficaz, muy a menudo inadecuada, y más bien temerosa, desajustada, fuera de sintonía o incluso completamente fuera de lugar! La imagen que tengo de mí es de una negrura tenaz y soy para mí misma mi peor saboteador. La crítica de mí misma me persigue de la mañana a la noche y no he puesto los pies en el suelo que ya  llueven los reproches o las dudas… el monólogo interior se pone en marcha muy a pesar mío. ¡Cuán fatigoso es..!

Siento las fuerzas de mi cuerpo socavadas por esta tensión interior: me estiro  para  aguantar, y las exigencias que me doy pesan en mis hombros. Tengo la sensación de una pesadez de plomo y varios dolores me recuerdan mis límites o aún  el maltrato que me inflijo; ¡la palabra es fuerte pero es la que me viene cuando me observo en ciertos funcionamientos!

Después de la voz mental y luego la de mi cuerpo, ¡hay una tercera voz en mí! En efecto, soy una persona sensible y mi sensibilidad resuena de múltiples maneras: la mirada negra que sobre mí posa mi mental viene a despertar una tristeza de fondo, como un bajón subyacente, un poco de asco (aversión) de mí misma, desánimo también… Los acontecimientos mundiales actuales me afectan y alimentan una vieja desesperanza: ¿cómo vivir o sobrevivir con tanta crueldad o malevolencia?



Pero también soy sensible al sol, a la belleza del paisaje de otoño que me rodea, a las  nubes que galopan en el cielo, a las manzanas ácidas que colorean el manzano delante de mi ventana: esas vibraciones positivas me dan ganas de moverme, respiro más ampliamente. Entonces cojo mi cesta y voy a recoger las nueces caídas por el viento de la tormenta de ayer, una hoja muerta revolotea y viene a posarse justo en mi pelo, unos pájaros pían a mi alrededor. Ya está, estoy como “ensanchada”: la Vida fluye a mi alrededor, sin mí, y sin embargo me siento bienvenida en ella, en mi lugar. Puedo hacer justo mi parte: en el jardín recoger simplemente los frutos, alimentar a nuestras tres gallinas, contemplar el cielo, dejarme calentar por los rayos del sol.

Y cuando vuelvo a mi mesa de trabajo, hacer claridad  (luz) sobre lo que siento, analizar mis sensaciones, escoger a qué voz en mí le doy la palabra, comprender los mensajes de cada una. Al final cuando estoy conectada con mi ser profundo, cuando he encontrado el impulso de Vida que cruza en mí, entonces me pongo a la tarea de forma ajustada, determinada pero sin tensión. Siento que hago mi parte para sanear mis relaciones; en primer lugar la relación conmigo misma: no soy tan negativa si miro objetivamente mis hechos y gestos cotidianos. Y cuando estoy en paz conmigo misma, puedo contribuir a difundir a mi alrededor un ambiente vitalizante y favorecer relaciones ajustadas. Este lugar en mí del que puedo oir todas mis voces interiores y escoger lo más ajustadamente posible lo que es bueno para mí en el momento dado, es el lugar de mi conciencia profunda. A menudo está enmascarado por el barullo mental o sensible, pero cuando mi inteligencia se ajusta a la realidad y mi sensibilidad se calma, cuando vuelvo a gustar la vida que me anima, ¡entonces la voz de mi conciencia profunda se hace clara y sencilla de seguir! En ese momento ya no tengo la sensación de ser múltiple sino que me siento unificada, toda entera centrada en lo que hago. Y la energía me viene como un regalo extra: Ya no tengo los pies de plomo.

Si tienes, como yo, ganas de encontrar el impulso de Vida, y el gusto por comprender mejor tus voces interiores, te proponemos el curso ¿Quién soy yo hoy? y los cursos que permiten el aprendizaje del análisis de sensaciones: Cuerpo y apertura a mi mundo interior  y A la escucha de mi mundo interior. Provisto(a) de este equipamiento, puedes luego Aprender a tomar decisiones constructivas, es decir localizar y facilitar la escucha de tu conciencia profunda. El curso Mi cuerpo y crecimiento como persona  me ha permitido escuchar  los mensajes de mi cuerpo como un buen amigo de mi crecimiento: me ayuda a contactar con el dinamismo de vida que la anima, y me enseña sobre mi estado interior a través de sus diversos mensajes. Y luego Vivir  armoniosamente permite sentir y balizar el camino para vivirse unificado(a).
¡Buen camino!
Anne Flatin, formadora PRH Francia

CALENDARIO PRÓXIMOS CURSOS


lunes, 7 de marzo de 2016

Cada uno da...


La Vida puede resurgir… y las relaciones también…
(Testimonio de una persona que vive la formación)


Hoy siento necesidad de actualizar mi relación con mis padres. Esa relación que tantas veces he querido no cuidar y que también me he planteado abandonar.

Saberme su hija, me causaba dolor y sufrimiento.

GRACIAS a mi gusto por vivirme en verdad y a la necesidad de clarificarme frente al sufrimiento que me causaba saberme una niña rechazada y agredida y teniendo de fondo la sensación de que la casa de mis padres para mí era un espacio amenazante, silencioso e inseguro, puedo decir cómo esto ha cambiado.

Ya no acumulo o escribo una lista de éxitos, cuando voy a verlos, para que ellos me consideren digna y tengan que reconocer que me lo merezco. No estoy alerta por si mi padre se posiciona agresivo conmigo. Tampoco tengo que demostrarme y demostrarles que no era la hija desorientada que ellos me hacían sentir.

Hoy, voy a verlos, y me percibo estar a bien con ellos, envuelta en un sentimiento de paz, tranquilidad, sosiego. Puedo ver y sentir cómo hoy sí se ocupan de mí y de mi hija. Esto me devuelve un sentimiento de calidez que con ellos no creía posible.

Mi sentir de hija cuidada es hoy, una realidad largamente añorada.

Agradezco quienes son, celebro que sigan vivos y continúen siendo parte de mi vida.


Pilar