domingo, 29 de enero de 2017

ABDENNOUR BIDAR. UN FILÓSOFO DE LA RECONCILIACIÓN



El filósofo crítico con el Islam, Abdennour Bidar, multiplica sus proyectos. Su objetivo: pensar acerca de cómo ser "libres juntos". Para esto, puso en marcha un movimiento, la Fraternidad General  y escribió un libro, "¿Qué valores compartir  y transmitir hoy?" Retrato de un artesano del vínculo que piensa  sobre el  lugar de la espiritualidad en la sociedad.

"De pequeño, yo soñaba con convertirme en un cazador en Canadá! dice divertido, Abdennour Bidar. Todavía no he renunciado. Las montañas, los grandes ríos ... siento  una energía y una alegría creativa en la naturaleza".  A los 45 años, el filósofo de  Auvernia  se ha vuelto parisino, multiplica sus incursiones en los medios de comunicación, que le interpelan por su diagnóstico sobre el Islam en nuestro tiempo. Un tema que ha ocupado gran parte de su carrera intelectual y ha despertado su sentido de la responsabilidad "en tanto que  musulmán y  pensador reconciliado".

Reconciliado. Una palabra elegida, ventana abierta en su infancia en los distritos del norte de Clermont-Ferrand. Abdennour Bidar Pierre es el fruto de dos culturas. Criado en la tradición sufí por su madre, una médico católica que se convirtió al Islam y disciplinado en el fundamentalismo de su padre adoptivo, cercano al movimiento Tabligh Berber marroquí. Fue su abuelo, un granjero y antiguo resistente comunista, con quien  hizo sus primeras experiencias de espiritualidad sin religión: "Encontró  la trascendencia en la tierra y en el ser humano." Una relación con la naturaleza que él  ha transmitido. El filósofo regularmente experimenta la urgencia de encontrarse con  los paisajes de Auvernia, donde es propietario de una pequeña casa, lejos del bullicio de la capital. Un retorno a la tierra "volcánica y pujante" de su infancia.

Si quieres conocer más acerca de este filósofo y su obra:
https://fr.wikipedia.org/wiki/Abdennour_Bidar.  No existe la traducción en la Wikipedia en español, aunque si en catalán.  Su carta abierta al mundo musulmán tras el secuestro y la ejecución del turista francés Hervé Gourdel en Argelia  y los atentados a Charlie Hebdo ha tenido notable eco.  En esa carta pide al mundo islámico una autocrítica constructiva que lleve a una reforma profunda, y lamenta que los intelectuales occidentales “han olvidado la religión como motor de la civilización”.

martes, 24 de enero de 2017

Los efectos de la humildad en mi crecimiento

Observaciones personales sobre la humildad

Quiero observar esta actitud en mí, porque percibo los efectos tan positivos que tiene para el crecimiento personal.

1.      ¿Qué es la humildad?
Aposentarme en un lugar interior donde me vivo y vivo las relaciones sólo desde lo que soy, sin pretender sobrepasarme, y que hace brotar una alegría y un agradecimiento profundos, un asentimiento de lo que soy.

2.   Algunas afirmaciones que puedo hacer sobre esta actitud
La humildad me ayuda mucho a vivir con una imagen ajustada de mí.
Es un movimiento interior de ajuste en el propio ser. Es un recordatorio interior de quién soy.
La humildad apacigua mucho la sensibilidad y las RDR, porque desde ella, no necesito defenderme de nada, ni mi imagen corre peligro.
La humildad es como una esponja en la que con cariño rebotan las agresiones sin encontrar respuesta.
La humildad irradia paz y verdad para quien puede percibirla.
Es un lugar seguro, sin doblez, sencillo, apacible.

3.   ¿Qué pasa cuando no vivo esta actitud?
Me preocupa el significado que para mi imagen tienen los acontecimientos, cómo afecta a la imagen que tienen de mí.
Me vivo en la sobrevaloración, con gran temor a no responder a mis propias expectativas, y sin trabajar lo necesario para alcanzar mis objetivos, porque no tengo en cuenta mis límites y, en lugar de poner la energía en trabajar, la pongo en el temor a no ser suficiente para los demás y en realidad, para mí misma. Esto redunda finalmente en mayor inseguridad e imagen negativa de mí.

4.   ¿Cómo avanzar en humildad?
Cultivando el gusto por la verdad y la apertura a mi realidad interior de forma insistente, paso a paso.
Cultivando la solidez del ser, es decir, haciendo actos de ser que me van dando solidez y me permiten, desde ese lugar, acogerme en todo lo que soy, también en mis límites.
Cultivando relaciones vitalizantes, y en particular, la relación con alguien para quien me siento muy querida, de cuyo amor no dudo; eso me permite deslizarme hacia ese lugar de verdad y humildad en mí, porque hay menos miedo de no ser amada.
Experimentando el ser humilde, comprendiendo de fondo en qué consiste realmente, y probando sus frutos.
Situándome en algún rasgo de mi ser en el que me siento humilde, y analizando qué siento al vivir así, cuáles son mis sensaciones, qué pasa con mis relaciones desde ese lugar.


Lola