Cuando sabemos bien quiénes
somos y cuáles son nuestros valores, tenemos ya un terreno sólido en el que
pisar. Cuando estamos suficientemente familiarizados con nuestro ser, podemos
vivir de acuerdo con él, existir a partir de él. Existiremos tal como somos. Ni
más ni menos, ni mejor ni peor. Estamos ahí con nuestras capacidades y nuestros
límites. Somos verdaderos. Nos vivimos en autenticidad.
Para crecer en la afirmación de
sí mismo hay que evitar dos trampas: «querer dominar» y «borrarse a sí mismo». Es importante darse
cuenta de que esas dos trampas no se manejan intencionadamente, sino que son
tendencias provocadas por unas carencias subyacentes.
«Querer dominar», por ejemplo, puede tener relación con una carencia de
reconocimiento, o bien «borrarse» con una carencia de ser amado, una carencia
de seguridad…
Querer darse demasiada
importancia e imponerse dificultará la adaptación, así como será difícil ser
auténtico si nos hacemos casi invisibles. Suele suceder que algunas personas
(consciente o inconscientemente) justifiquen su modo de actuar a partir de una
carencia y, en realidad, no lleguen por ello a responsabilizarse de su
funcionamiento.
Mi
padre era un hombre extremadamente severo, a menudo hasta el límite de lo
irracional. Mis hermanos y yo debíamos callarnos cuando él hablaba o cuando él
escuchaba los informativos por la radio o cuando conducía el coche. Si no nos
callábamos cuando él quería, daba un puñetazo sobre la mesa. Cuando yo estaba
en otra parte, por ejemplo en la escuela, hablaba mucho, intentando ser
escuchado. No me molestaba nada que mis compañeros de clase suspirasen cuando
una vez más discutía con un profesor. Varios años más tarde, encontraba exagerado
que durante nuestras reuniones algunos colegas mostraran nerviosismo cuando,
una vez más, yo no pensaba mis palabras. Cuando un colega y amigo me hizo caer
en la cuenta de que mis palabras me desacreditaban y que yo mismo hacía
el diálogo difícil por mis declaraciones sin matices, encontré una gran clave.
Quería conseguir lo que me habían negado
durante mi juventud. A mi parecer, mi funcionamiento estaba justificado. Sin
embargo, gracias a esta ayuda, comprendí que mi modo de funcionar era muy poco
eficaz. Era considerado como un joven insoportable que valía más no tener en la
mesa de negociaciones. Y a decir verdad, yo no me sentía siempre escuchado de
verdad. Esto me exigía mucha energía y voluntad, pero ahora, que ocupo mejor mi
justo lugar en un grupo, me expreso con más calma. Se me escucha mucho mejor
cuando digo algo. Incluso me han felicitado por las ideas productivas que
presentaba. ¡Sí, esto es una actuación victoriosa!
Bernard
La autenticidad va a la par de la
afirmación ajustada de sí mismo. A partir de la autenticidad, nuestro
comportamiento natural es la asertividad. Respecto al otro, a los otros o a un
grupo, existir significa que aceptamos nuestros propios límites y que
manifestamos nuestras capacidades. Nos consolidamos en nuestras capacidades
comprometiéndolas en un interés común, el de la relación, el del grupo. Esta
afirmación de sí mismo, este «existir» de un modo ajustado, significa siempre
un respeto por nosotros mismos y por los otros. Si en nuestro actuar «nos
tenemos en cuenta», eso supone que nos adaptamos.
En la adaptación, sin embargo,
puede producirse un «exceso». Adaptarse demasiado, o demasiado pronto, equivale
a capitular y se hará a expensas de la fidelidad a sí mismo (autenticidad).
Algunas situaciones acaban en un callejón sin salida... Algunas relaciones
pueden ir mal por ello.
Existir
de un modo adulto y autónomo es una interacción continua entre autenticidad y
adaptación. En la autenticidad hay siempre una disposición a la adaptación,
allí donde es requerida. El movimiento de adaptación tiene en sí un núcleo
indestructible de autenticidad con el que no es posible cualquier compromiso.
Ejercicio
· Describo una situación en la que me he adaptado y he experimentado
satisfacción por no haberme negado a mí mismo.
· ¿Soy alguien que afirma su autenticidad teniendo en cuenta a los otros y
las situaciones? ¿Cómo me percibo globalmente?
· ¿Qué progresos me gustaría hacer: del lado de la adaptación y del lado de
la afirmación ajustada de mí?
|
Del
libro "Afirmarse de un modo auténtico y respetuoso" pags. 68-69