lunes, 18 de mayo de 2015

ACEPTAR Y REFERIRSE AL ESQUEMA DE LA PERSONA EN NUESTRA VIDA COTIDIANA

Estuve en un encuentro hace unos días de personas que conocen la formación PRH, aunque el encuentro como tal no era de formación PRH.
Escuché a personas realmente buenas, con deseo de vivir mejor y con sentido; escuché también dificultades para vivir esos deseos y sobre todo llamó mi atención cómo les era difícil “colocar” esas dificultades en su persona, comprender a qué se debían esas dificultades y cómo avanzar para que no se repitan una vez y otra, ocasionándoles desánimo y gasto importante de energías para vencerlas.
Me pregunté si éramos conscientes de lo que nos ofrece el esquema de la persona de la escuela PRH para poder comprender y situar lo sólido de nuestra persona, nuestras dificultades, y las posibilidades para abordar las dificultades con más aprovechamiento que así se nos ofrecen.
Me di cuenta de que no es fácil reconocer, aceptar y referirse a ese esquema en mi persona; no en una persona etérea y general sino en la mía concreta y la de cada uno en concreto. Me di cuenta que requiere una disciplina interior y una adhesión real y profunda que luego ayuda a acometer la vida refiriéndose a este esquema; situar las vivencias, sensaciones, dificultades, luces, etc., en las instancias correspondientes y comprendernos mejor y poder abordar más eficazmente la vida; a vivir la jerarquía de las instancias, la interacción entre ellas y el rol de cada una en el crecimiento y la vida cotidianos; el que ayuda a utilizar las herramientas eficaces para crecer, curar y reeducar… todo al servicio de vivir personal y relacionalmente.
Yo quiero avanzar en este reconocimiento, aceptación y referencia vivenciales. Mi experiencia de aceptar este esquema en mi persona, el lugar y jerarquía de cada instancia, su relación en el conjunto de mí mismo, su complementariedad para que yo viva, me han aportado y me aportan ligereza, eficacia, sentido y solidificación de mi ser, solidez personal; mayor capacidad de elegir lo que me da sentido y me hace feliz, lo que me deja en paz, mi aportación al conjunto humano concreto en el que vivo. Mi experiencia es una experiencia de alegría y también de humildad, verdad progresiva en el vivir, sentirme bien en mí mismo.
Hoy invito a prestar atención a lo que nos puede aportar aceptar, integrar y referirnos a este esquema en nuestra vida cotidiana a la hora de comprender lo que nos sucede y abordarlo de forma y satisfactoria y eficaz; Avanzar en ello para nuestra felicidad y sentido.


Fernando Jiménez

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