Patricia Marinho, coach
Descubre por qué, cuanto más
protestas, más refuerzas ese mecanismo de "protesta" en tu cerebro.
Escuchar a alguien
protestando seguramente te provoque ganas de salir huyendo de la persona
malhumorada. La ciencia explica que una cascada de reclamaciones, además de
llenar los oídos, afecta negativamente a tu cerebro y al funcionamiento de tu
cuerpo. Peor: si eres tú la persona que tiene la costumbre de criticar a todo y
a todos, el efecto también se aplica a tu salud mental.
Pero parece que la costumbre
de protestar acaba formando parte de nuestra vida una y otra vez, ¿verdad? Para
evitar (o reducir) los daños, entrevistamos a la coach de alta performance y
productividad Patricia Marinho, que enseña cómo debemos lidiar con las ganas de
protestar, y consejos prácticos para levantar el ánimo de quien solo ve la vida
en tonos grises. Entre otros consejos, enseña la “regla del agua” para mantener
el optimismo cada día. ¿Qué tal probar?
¿Por qué protestar afecta
negativamente al cerebro?
El divulgador y científico
de la computación Steven Parton publicó un texto en el sitio Curious
Apes sobre cómo el hecho de protestar puede acabar con tu bienestar y
el de los que te rodean, afectando directamente al cerebro de los individuos.
Él explica que, con cada
pensamiento que tenemos, nuestro cerebro se remodela, alterando la construcción
física de la realidad. Esto sucede porque el puente que se forma entre las
células nerviosas (las neuronas) acaba estrechándose cada vez más para producir
ese pensamiento.
“A lo largo de tu cerebro
hay una colección de sinapsis separadas por un espacio vacío llamado espacio
sináptico. Siempre que tienes un pensamiento, una sinapsis dispara un producto
químico a través del espacio hacia otra sinapsis, construyendo así un puente
por el que puede pasar una señal eléctrica, llevando consigo la información
relevante que estás pensando”, detalla.
Sinapsis
“Cada vez que esa carga
eléctrica se pone en marcha, las sinapsis disminuyen la distancia que la carga
eléctrica tiene que atravesar. Por tanto, el cerebro está religado en su propio
circuito, y se altera físicamente para hacer más fácil la realización de las
sinapsis adecuadas – y esto hace que el pensamiento, en resumen, se produzca
más fácilmente.”
Junto a esa capacidad
cerebral, está el hecho de que las sinapsis que tienes más fortalecidas definen
tu personalidad. A fin de cuentas: ese pensamiento que se repite más dentro de
tu cabeza refuerza los puentes dentro de la red de tus neuronas.
“A través de la repetición
del pensamiento, el par de sinapsis que representa sus inclinaciones se acerca
cada vez más, y cuando surge el momento oportuno para que puedas formar un
pensamiento, el pensamiento que gana es el que tiene menos distancia para
viajar”.
Esto significa que, cuanto
más protestas, más refuerzas ese mecanismo de “protesta” en tu cerebro.
Aceptación /disgusto
Steven apunta a otro factor
que hace que las protestas, a veces, destruyan a nuestro cerebro: la dualidad
entre la aceptación y el disgusto, el amor y el miedo, el optimismo y el
pesimismo. En una experiencia personal, el autor resolvió seguir, frente a
situaciones buenas y malas, el precepto de “agradecer la experiencia y la
lección”.
“La naturaleza aprecia el
caos, y nuestro cerebro no es diferente. Por eso es importante subrayar que
ésta, obviamente, no es una práctica a prueba de idiotas que erradique
completamente la negatividad de tu conciencia; a veces, la emoción es muy
fuerte, y el par de sinapsis que llama la carga química será el negativo”,
relata.
“Pero, como cualquier
músculo, si quieres ejercitar esas sinapsis ‘amorosas’, encontrarás una nueva
fuerza innata que hará que el mundo brille con más frecuencia. También te darás
cuenta de que eres mucho más feliz gracias a tu bienestar”.
Escuchar las protestas de
los demás
Cuando escuchas mucho
bla-bla-bla negativo, tu cerebro se relaciona con la otra persona en virtud de
las “neuronas-espejo”.
En esta experiencia, la
empatía con el otro hace que intentemos sentir la emoción que está sintiendo –
y en ese momento, literalmente, “intercambias energías negativas” con tu
interlocutor.
Qué hacer para evitar la
negatividad
Patricia Marinho nos da 8
consejos de comportamiento para escapar de la gente “protestona”. Si eres una
persona así, la especialista también orienta sobre la mejor manera de cambiar
tu forma de ver las experiencias en la vida:
1- “Somos el resultado de
las cinco personas con las que más nos relacionamos”
“Si estás junto a personas
que sólo protestan, en breve te convertirás en alguien así también”, comenta
Patricia.
2 -La palabra tiene mucho
poder
“Si estás en medio de una
crisis y dices que estarás así hasta finales de año, así será”, comenta la
especialista. “Lleva optimismo a la conversación: ‘existe una crisis, sí. Pero
¿qué vamos a hacer para cambiar?”.
3- Procura estar al lado de
personas que son altruistas y optimistas
“Un ancla constituye sólo el
10% del peso de la nave, y sin embargo, basta para detenerle. No dejes que
nadie sea un ancla para ti”.
4- Protestar es un hábito y,
por ello, puede cambiarse
“Nuestro cerebro tarda 21
días en entender que creamos un hábito. Después, se convierte en rutina.” Por
eso, evita mantener actitudes negativas, como respuestas duras y mal humor.
5- Intenta cambiar de tema
cuando una persona se pone a protestar
“Si dices ‘buenos días’ y
esa persona responde ‘¿buen día de qué?’; pídele que respire hondo y que diga
que el hecho de estar vivo ya es motivo para un buen día”.
6- Si alguien protesta a tu
lado, no hagas coro a la crítica
“Ella habla mal de alguien y
tú hablas bien. Un día, esa persona cambiará de comportamiento”, pondera la
coach.
7- Cambia de tema siempre
que te sientas arrastrado por las energías negativas del interlocutor
Si la persona protesta de
algo, pregunta algo como “¿viste que el cielo está despejado?”, para forzarla a
cambiar de asunto.
8- No intentes corregir a
esa persona
Frases del tipo “sólo saber
protestar” o “hablas muy mal” no funcionan, según la coach. “Cuando alguien
hace una crítica, responde con algo positivo”.
Consejo de oro: la regla del
agua
La coach sugiere un hábito a
las personas que tienen la costumbre de protestar siempre. “Lleva una botellita
de agua, y cada vez que pienses en hablar mal de algo, bebe agua y mantén el
líquido en la boca”, explica. “Es un consejo que beneficia a la salud del
cuerpo y de la mente”.
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