domingo, 13 de marzo de 2016

EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS



Goya realiza un grabado propio del Romanticismo, en el que representa en una escena oscura a un hombre apoyado sobre la mesa con actitud desanimada o simplemente dormido, y  rodeado de seres imaginarios, seguramente procedentes de sus sueños o de su imaginación.

El grabado se acompaña de la frase: “El sueño de la razón produce monstruos”. Puede tener varias interpretaciones como que dejarse llevar por las pasiones, sueños sin ser controlados de alguna forma por la razón puede provocar la aparición de monstruos, de cosas negativas y perjudiciales.

Yo lo interpreto de otra manera, el ser romántico, es la persona que se preocupa del yo, de sus sentimientos, busca de cada cosa que conoce la sensación que le provoca, de tristeza, alegría, pasión… La razón es un elemento verdaderamente útil, pero no es a lo único que se debe de obedecer. Es necesario reparar en lo que sentimos y en los sueños en los que se hace referencia en el grabado. Muchas veces en ellos se encuentra la respuesta de algún interrogante. El sueño es una vía hacia lo que se encuentra más allá de la razón, a lo que es imposible llegar a través de la lógica, si solo fuéramos capaces de ver lo que ocurre en la realidad tendríamos una visión más negativa del mundo, abundarían las imágenes crueles y de las desgracias que ocurren, dentro de nuestra cabeza. El miedo, la tristeza, la soledad pasarían por nuestra mente constantemente, los sueños no serían sueños, sino pesadillas. Las pesadillas están  protagonizadas por monstruos en los que se reflejan nuestras inseguridades. Se pueden encontrar monstruos tanto en la realidad que vemos como en nuestros sueños, pero siempre es nuestra mente la que los genera y hace aparecer.

Aparece la duda de donde nacen dichos monstruos e inseguridades que nos impiden avanzar o pensar con claridad. Una vida llena de pasiones sin ningún tipo de control está destinada a un desastre inexorable, sin embargo el pensamiento únicamente a través de la razón es el que limita al ser humano. No siempre lo que se dice o lo que se ve en el exterior es real, por lo que nos veríamos en un engaño. Sin duda la forma correcta de actuar es manifestar los sentimientos y volar impulsados por las pasiones hasta cierto punto, escuchando a su vez la voz de la razón. De esta forma también la persona alcanzará la felicidad.
Saida Sánchez
Estudiante 2º Bachillerato

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