lunes, 7 de marzo de 2016

La Vida puede resurgir… y las relaciones también…
(Testimonio de una persona que vive la formación)


Hoy siento necesidad de actualizar mi relación con mis padres. Esa relación que tantas veces he querido no cuidar y que también me he planteado abandonar.

Saberme su hija, me causaba dolor y sufrimiento.

GRACIAS a mi gusto por vivirme en verdad y a la necesidad de clarificarme frente al sufrimiento que me causaba saberme una niña rechazada y agredida y teniendo de fondo la sensación de que la casa de mis padres para mí era un espacio amenazante, silencioso e inseguro, puedo decir cómo esto ha cambiado.

Ya no acumulo o escribo una lista de éxitos, cuando voy a verlos, para que ellos me consideren digna y tengan que reconocer que me lo merezco. No estoy alerta por si mi padre se posiciona agresivo conmigo. Tampoco tengo que demostrarme y demostrarles que no era la hija desorientada que ellos me hacían sentir.

Hoy, voy a verlos, y me percibo estar a bien con ellos, envuelta en un sentimiento de paz, tranquilidad, sosiego. Puedo ver y sentir cómo hoy sí se ocupan de mí y de mi hija. Esto me devuelve un sentimiento de calidez que con ellos no creía posible.

Mi sentir de hija cuidada es hoy, una realidad largamente añorada.

Agradezco quienes son, celebro que sigan vivos y continúen siendo parte de mi vida.


Pilar

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.